René Magritte (1937, Museo Boymans Van Beuningen, Rotterdam
Una línea vertical invisible cruzará dividiendo en dos la tela, de ahí partirán los planteos iniciales.
Cerró los ojos dejándose abrazar por el calor del espacio y dejó su imaginación volar. Esbozó un círculo justo a la medida, el primer octavo.
Cayó el cardigan al suelo, el peso de la lana se separó para dejar la envoltura a la vista. Ya no había arropo que cubriera la imagen propia…
Observó y, se perdió en el erizar de la piel, en el oro del vello rubio despuntando. Y el color rosado de su desnudo reflejo flotando en lugar ajeno. Volvían a su cabeza las imágenes demiúrgicas creadas.
Trazó miles de líneas, perdió el control, emborronó el papel mientras su «alter ego» no se escondía de su inadvertida creatividad.
Rasgó el papel, otro intento fallido en un impulso vetado por el pensamiento platónico. No entendía la renuncia en el esbozo de su propio «yo».
Nieves
Este Jueves, relato: Más Imágenes Demiúrgicas en Blog de El Demirurgo de Hurlingham
«el color rosado de su desnudo reflejo flotando en lugar ajeno» me quedo paladeando esa magnífica frase!
Un fuerte abrazo
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Creo que me gusta.
Besos.
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Emborronó el papel pero tú dejaste un estupendo relato juevero.
Un placer leerte.
Un beso.
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Buen relato, muy singular. Me gusto ese alter ego demiúrgico.
Beso
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Un dios hecho hombre con todo lo que eso conlleva, intimista y bello texto, con fondo, mucho fondo.
Besos.
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Matices en estado puro.
Veo que estás mejor y me alegro.
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me ha encantado! sexi y misterioso.
abrazo
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