Este Jueves, relato:
Ya con años y falta de esperanza, MariLoli, como la llaman en el pueblo, se sienta en la puerta de su casa en una desvencijada silla a gastar tiempo.
Con un poco de suerte un forastero pasará y le preguntará donde está el bar del Antoñito y, a más, a más, lo mismo le regala una sonrisa por la amabilidad.
Cuando tiene un día malo, no levanta la vista, sigue en su labor, punto al derecho, punto al revés y contesta como el que se sabe la lección de carrerilla… y es que MariLoli tiene días nublados, de esos en los que el tiempo se condesa en un pasado lejano que se hace cercano. Le falta “Er Manué”, su compañero de vida, y ya nada es lo mismo.
Él desde su extrema humildad, siempre quiso llevarla a surcar cielos y mares. Por las mañanas en la Casa de la Cultura ponía en práctica los conocimientos adquiridos en el curso de “navegar” buscaba y leía sobre lugares e historias con que sorprenderla. De ahí vinieron algunas de sus costumbres.
Y ella, hoy , día de sol en su nublado se queda esperando el Té de las cinco y poder viajar a quien sabe donde…
Mañana, “Si Dios quiere será otro día”.- se dice cuando recoge la labor y su silla en el ocaso del día. De vueltas a la realidad en una espera sin retorno…
Nieves
Que pasada de escrito, son de aquellos que te arrastran a las calles del pueblo, MariLoli sin nada que esperar, pero esperando tanto…..muy bello, besos.
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Precioso relato. Esa mujer soñaba con los momentos junto a su marido, y era feliz.
Un abrazo
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Precioso relato. Esa mujer soñaba con los felices momentos que pasó con su marido.
Un abrazo
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En la vida de cada cual, todo es cuestión de tiempo…
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Interesante, muy bello relato.
Saludos
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El tiempo, mi querida amiga, no te ha quitado la facilidad para reflejar emociones, sentimientos, estados de ánimo. Y lo haces con matices, con trazos certeros, como a tí, enamorada de la pintura, te gusta. Pienso que muy al contrario, te ha incrementado esa sensibilldad de la que disfrutamos los que tenemos la fortuna de leerte.
Un abrazo.
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